martes, 25 de mayo de 2010

UNA DUDA


Anoche, cuando fui a despedirme de mi hija, me transmitió una duda que en ese momento rondaba por su cabeza.

- Papá, la madre de tu madre es tu abuela, verdad?
- Si, así es, le respondí
- Y la madre de tu abuela? prosiguió
- Mi bisabuela
- Y su madre? continuó indagando
- Pues... la tatarabuela
- Y la tatarabuela, de la tatarabuela, de la tatarabuela, de la tatarabuela. ¿Quién fue la primera madre? concluyó, mostrando el origen de la duda que estaba ocupando su cabeza antes de quedarse dormida.
- Esto... es un poco más largo de explicar. Otro día te lo cuento
- El sábado ¿vale?, me emplazó
- Muy bien, el sábado lo hablamos.
- Lo apunto en mi cabeza mental, sábado, explicaciones, personas. Lo dijo llevándose ambos índices a la sien y cerrando los ojos para procesar en su memoria unos datos que tenían que quedar bien grabados.

Y de esta manera salí de su habitación con más dudas de las que ella misma poseía.
¿Como se le explica a alguien con siete años cual es el origen de la vida?
Lo más cómodo es decir que fue dios quien creó a los seres, una idea romántica, misteriosa y fácil de asimilar por los niños ya que para ellos todo lo que les rodea está lleno de fantasías. Si comparamos esto con la evolución, moléculas, genética, biología o cualquier otra terminología científica es fácil darse cuenta que si le inventamos una historia de ángeles, santos, reyes magos y demás personajes les resultará más amena y afín a los cuentos que generalmente leen a esta edad. 
Tal vez no esperaba que a tan temprana edad tuviera que responder a cuestiones tan trascendentales, que su preocupación sólo fuese jugar y disfrutar, pero al mismo tiempo me alegra que me lance estos retos.
Puede que haya llegado el momento de empezar a contarle porque no está bautizada ni asiste a clases de religión.

- El sábado lo hablamos, buenas noches mi niña, te quiero mucho.